La congestión de buques fuera de la mayor puerta de entrada a EE.UU. para las importaciones asiáticas siguió siendo elevada y la espera para descargar contenedores se alargó hasta los ocho días, lo que añade costes y complicaciones a las empresas que tratan de mantenerse bien abastecidas en una economía en aceleración.
Un total de 28 buques portacontenedores estaban anclados a la espera de entrar en los puertos vecinos de Los Ángeles y Long Beach (California) hasta el domingo, en comparación con los 26 de una semana antes, aunque todavía por debajo de un máximo de 40 a principios de febrero, según los funcionarios que supervisan el tráfico marítimo en la bahía de San Pedro. Está previsto que lleguen otros 16 en los próximos tres días, de los cuales siete se espera que echen el ancla y se unan a la cola.
Según el puerto de Los Ángeles, la espera media para conseguir un puesto de atraque ha aumentado a 8 días, frente a los 7,9 días de la semana anterior. Eso es casi el triple del retraso medio de noviembre.
El retraso, que comenzó a formarse en octubre, ha sido difícil de eliminar debido a la escasez tanto de equipos como de mano de obra necesarios para gestionar una incesante ola de importaciones. El mes de marzo suele ser uno de los más lentos para la entrada de mercancías, pero la afluencia de equipos contenedores de este año muestra pocos indicios de disminuir.
