Las líneas navieras que sirven a Irán tienen una ventana de seis meses para abandonar sus operaciones en el país, tras el anuncio de Donald Trump el día de ayer de que Estados Unidos se está retirando del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), que en 2015 acordó levantar las sanciones económicas en Irán a cambio de que el país ponga fin a su programa de armas nucleares.
El presidente de EE. UU. Rompió con los líderes europeos y de otros países para anunciar la retirada de Estados Unidos del acuerdo y la imposición de sanciones luego de los períodos de veto de 90 y 180 días, dependiendo del área de negocios.
Un funcionario del departamento de estado dijo ayer a la prensa en la Casa Blanca que la industria naviera se encontraba bajo el período de 180 días.
«Transporte marítimo, construcción naval, puertos: todas esas sanciones que están relacionadas tanto con el sector de la energía y luego con la banca y el transporte de esa energía, tendrán una disminución de seis meses. Todo lo demás va a tener un plazo de 90 días «.
La administración de los EE. UU. También señaló al principal transportista oceánico de Irán, la Línea Naviera de la República Islámica de Irán (IRISL).
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) dijo que Estados Unidos volvería a imponer sanciones previas contra «los operadores portuarios, y los sectores navieras y navales de Irán, incluidas las Líneas Navales de la República Islámica de Irán (IRISL), la Línea Naviera del Sur de Irán o sus afiliados «.
La orientación del Departamento del Tesoro también sugirió que las administraciones de abanderamiento y las aseguradoras marítimas volverían a verse excluidas de hacer negocios con entidades iraníes, al igual que la larga lista de promotores que reanudaron las relaciones comerciales con el país desde que se firmó el JCPOA.
El Reino Unido, Francia y Alemania se opusieron a la retirada de Estados Unidos, y en un comunicado del HM Treasury se enunció: «El Gobierno del Reino Unido sigue apoyando la expansión de nuestra relación comercial con Irán y alienta a las empresas del Reino Unido a aprovechar las oportunidades comerciales que surjan».
Adicionalmente, según Soren Skou, gerente de Maersk Line: «Las consecuencias todavía no están claras en este momento» no obstante, lo que si afirma es que se generó gran especulación entre los armadores y demás grupos de interés relacionados al transporte marítimo.
