Según información de El Tiempo, los apartes del Plan Nacional de Desarrollo que le dan luz verde al proyecto fueron aprobados esta semana por el legislativo. La decisión, pese a que falta la aprobación del Senado, genera preocupación para las comunidades y los expertos. Se estima que 1.000 hectáreas de manglar en el Pacífico serán destruidos con esta intervención.
Las comunidades de Tribugá, uno de los nueve corregimientos de Nuquí (Chocó), no quieren un puerto. Su posición tiene sentido: aunque una obra de este tipo promete puestos de trabajo, desarrollo y carreteras para una región que bien lo necesita, la construcción de esta obra implica pasar por encima de un territorio protegido por ellos, el Distrito Regional de Manejo – Cabo Corrientes. Un ecosistema del que no solo dependen las comunidades gracias a la pesca artesanal, el corte y uso de los manglares y el ecoturismo, sino donde viven alrededor de 8 especies de mangles, anidan tortugas sobre 971 hectáreas de playas, pianguas y pequeños moluscos que son la base de la alimentación en la zona. Pero ayer la Cámara de Representantes aprobó su construcción.
En medio del debate sobre el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el ejecutivo dio el sí para los artículos y proyectos que habilitan la construcción el puerto de Tribugá. El más representativo de ellos, el artículo 78, que habla sobre la prioridad que tendrá para el gobierno de Iván Duque el desarrollo de infraestructura portuaria. Esta decisión prendió las alarmas porque lo único que faltaría para que la obra sea una realidad sería la aprobación del Senado.
De resultar también aprobado, se empezaría a construir un puerto de muelles de hasta 3.600 metros de longitud, con profundidades entre 15 y 20 metros y capacidad para recibir barcos de hasta 200.000 toneladas. Todo eso, en medio de este territorio. La obra, de hecho, se estima más grande que el Puerto de Buenaventura y uno de los más masivos de América Latina.
Los impactos que generarán estas mega obras han venido discutiéndose con fuerza desde el 2 de noviembre del año pasado por los habitantes de Nuquí y un sinfín de organizaciones e instituciones junto con la Asociación de Consejos Comunitarios los Riscales, los Cabildos Indígenas Embera, hoteleros y autoridades locales. En esa fecha tuvo lugar un Foro de Diálogos en Torno al Puerto de Tribugá.
En el evento las comunidades sostuvieron que el puerto «iría en contravía de visiones étnicas y territoriales sobre el bienestar y el desarrollo basadas en la conservación del patrimonio biocultural y en estilos de vida tradicionales, ambos claves para una economía local amigable con el ambiente que hoy tiene lugar en Nuquí. Adicionalmente, también afectarán la flora, la fauna y los ecosistemas costeros y de manglar, en una de las regiones más biodiversas y frágiles del planeta». Esas preocupaciones quedaron consignadas en un manifiesto con más de 50 firmas.