Una importante estructura en Baltimore colapsó como un castillo de naipes en las primeras horas del martes después de ser impactada por un buque portacontenedores, provocando la trágica muerte de seis personas en las oscuras aguas debajo y cerrando uno de los puertos más transitados del país.
Al caer la noche, la búsqueda desesperada de seis personas que trabajaban en el puente y desaparecieron cuando se desmoronó se convirtió en una sombría búsqueda de cuerpos.
«No creemos que vayamos a encontrar a ninguno de estos individuos con vida», dijo el contraalmirante de la Guardia Costera Shannon N. Gilreath.
Jeffrey Pritzker, vicepresidente ejecutivo de Brawner Builders, dijo anteriormente que uno de sus trabajadores había sobrevivido. No reveló sus nombres.
Hasta entonces, el gobernador de Maryland, Wes Moore, había mantenido la esperanza de que las personas desaparecidas pudieran ser encontradas, incluso cuando las autoridades advirtieron que el agua fría y el hecho de que no se había visto rastro de ellas desde la 1:30 a.m., cuando el barco golpeó el puente Francis Scott Key.
Moore expresó su desolación después de que los funcionarios suspendieran la búsqueda de sobrevivientes.
«Nuestro corazón está con las familias», dijo. «No puedo imaginar lo doloroso que ha sido este día para estas familias, lo dolorosas que han sido estas horas para estas familias».
Fue un golpe devastador para los seres queridos de los hombres desaparecidos, que habían esperado durante horas en una tienda de conveniencia Royal Farms cerca de la entrada del puente para conocer su destino.
La trágica cadena de eventos comenzó temprano el martes cuando el buque de carga Dali notificó a las autoridades que había perdido energía y emitió una señal de socorro momentos antes de que el buque de 984 pies de longitud chocara contra un soporte del puente a una velocidad de 8 nudos, que equivale a aproximadamente 9 millas por hora.
Moore declaró el estado de emergencia mientras los equipos de rescate, utilizando sonar, detectaron al menos cinco vehículos en el agua fría de 50 pies de profundidad: tres autos de pasajeros, un camión de cemento y otro vehículo de algún tipo. Las autoridades no creen que hubiera personas dentro de los vehículos.
Los investigadores concluyeron rápidamente que se trató de un accidente y no de un acto de terrorismo.
