El pasado miércoles 19 de mayo, Colombia fue testigo de uno de esos escenarios nunca antes registrados en su historia, ese día comenzó también la mayor crisis que ha vivido el negocio logístico desde su consolidación. Un grupo de delincuentes violaron los sistemas de seguridad y entraron a la fuerza al puerto TCBuen en Buenaventura, Valle del Cauca, a pesar de los esfuerzos de la empresa por proteger las instalaciones; incluso, habían bloqueado la vía de acceso con contenedores.
La operación portuaria, que se venía prestando con dificultad desde cuando comenzó el paro nacional, tuvo que detenerse y se evacuó el personal por vía marítima. Al mismo tiempo, un grupo del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) acompañado del Gaula Militar intentaba ejercer el control de la situación.
Los directivos del puerto Aguadulce de Compas decidieron trasladar al personal de la terminal en buses de la empresa de regreso a sus casas. Sin embargo, uno de los vehículos fue interceptado por delincuentes cuando llegaban al centro de la ciudad, les robaron sus pertenencias y amenazaron con hacerles daño.
Los actos vandálicos e invasiones no se repitieron los días siguientes, pero en Buenaventura se vive una tensa calma. La Alcaldía decretó medidas como toque de queda y ley seca, y además se incrementó la presencia de la Fuerza Pública. Al cierre de esta edición, uniformados de la Armada de Colombia y de la Policía Nacional continuaban custodiando las vías de acceso a las terminales portuarias, tanto por tierra como por mar, siguiendo las órdenes del presidente.
Sin embargo, la situación está lejos de resolverse. En medio del silencio de las empresas que tienen a cargo la operación de los puertos, decenas de trabajadores recibieron audios con amenazas a sus vidas que anuncian “medidas reflejadas en sangre”, de acuerdo con Caracol Radio. Días atrás ya había un temor entre el personal por su seguridad, muchos no se presentaron a trabajar o no pudieron llegar por la situación de orden público, lo cual retrasa las operaciones.
Buenaventura es el puerto más importante de Colombia, mueve la mitad de la carga de exportación de todo el país y es el principal destino de los buques que vienen de Asia. En 2020, por sus tres terminales (Sociedad Portuaria de Buenaventura, TCBuen y Aguadulce) se movilizaron casi 19 millones de toneladas entre importaciones y exportaciones.
En las terminales se ha reforzado la vigilancia humana, electrónica y la presencia de Fuerza Pública. El coronel Wisner Paz, comandante de la Brigada de Infantería de Marina, le confirmó a este medio que se instaló un Puesto de Mando Unificado para atender las situaciones de alteración del orden público que se puedan presentar en Buenaventura.
El Ministerio de Defensa emitió una resolución en la que redujo el nivel de protección del puerto de Buenaventura, el cual se había aumentado a nivel dos el pasado 19 de mayo, por considerar que “es posible mantener niveles de riesgo que permitan el desarrollo de las actividades marítimas y portuarias en la región”.toma Quiñones, ex directivo de la sociedad portuaria de Buenaventura, cree que fue la mejor decisión, considerando que mantener un alto nivel de riesgo proyecta una imagen negativa de Colombia y su logística hacia el exterior que es difícil de corregir en un corto plazo.
Por ello no evitó que las navieras mas grandes del mundo, tales como Maersk, Cosco, Evergreen Marine, CMA CGM, Hamburg Sud y Mediterranean Shipping Company (MSC), cerraran reservas para la terminal de Buenaventura incluso hacia Colombia hasta nuevo aviso, debido a la difícil situación que vive actualmente por el paro nacional, según los puertos. Los buques con urgencia de embarque en Colombia se desviaran hacia Cartagena, Barranquilla, Santa Marta o Turbo, otros tomaran la decisión de seguir hacia Ecuador o Peru.
Al tiempo, las empresas de servicio de agenciamiento de carga internacional, como Transborder, dijeron a sus clientes que estaban buscando alternativas para el manejo de las cargas mientras se reactivaba el servicio y se estabilizaba la situación de orden público.
“Nunca antes había pasado que se metieran a la fuerza a una instalación portuaria, En el pasado hubo otros paros, pero las líneas navieras siempre tocaron Buenaventura porque no se afectaron los terminales. Lo que está pasando ahora tiene una connotación de violencia y las navieras no quieren poner en riesgo las naves ni las personas”, concluyó Quiñónez. La consecuencia inmediata es que se desconfiguren las rutas de las navieras, lo que necesariamente implica sobrecostos para los importadores y exportadores y, en consecuencia, para los consumidores, que tendrán que pagar productos más caros.
El hecho es que Colombia ya ha dejado de cumplir compromisos comerciales por las dificultades que se han presentado para el retiro de mercancías. A la situación con las navieras se suma el hecho de que las terminales portuarias en Buenaventura están llegando a su máxima capacidad, por lo que tienen problemas para recibir o almacenar contenedores o carga a granel adicional, dada la dificultad de mover los productos al interior del país.
“El nivel de almacenamiento en los puertos es muy preocupante, es muy poca la carga que podrán seguir recibiendo mientras no se logre el desbloqueo de la vía y el transporte de carga vuelva a su normalidad. En este momento hay una evaluación por parte de las navieras sobre lo que sucederá, sobre sus despachos de carga hacia Buenaventura”, manifestó el capitán de Fragata Javier Gómez, autoridad marítima en el puerto de Buenaventura en entrevista con este diario.
Al principio de esta semana se organizó una caravana de camiones custodiada por la Fuerza Pública en la que salieron 60 vehículos, y a pesar del acompañamiento, al menos 20 de ellos quedaron atrapados en un tiroteo y conductores optaron por abandonaron la carga, lo que ha alimentado su temor por prestar el servicio. El miércoles pasado, durante la invasión a las terminales, los atacantes asaltaron también los parqueaderos destinados para los camiones, robaron y vandalizaron.
Esto motivó a la Federación de Empresarios del Transporte de Carga (Fedetranscarga) a solicitarle al gremio de las aseguradoras, Fasecolda, que no cobren ni recobren las coberturas de siniestros por pérdidas de mercancías y saqueos. “Los transportadores de carga en general a nivel del país, actuaron de buena fe y con la convicción de que las operaciones iban a ser debidamente resguardadas”, dijo el gremio en una carta al Gobierno.
Sin embargo, los problemas apenas empiezan. El capitán Luis Martínez, piloto práctico en Buenaventura (ayuda a los buques en las maniobras para hacer el ingreso al puerto y poner el barco en posición para el desembarque), contó que hasta el mediodía del viernes la recepción de la carga sucedió de manera normal, en promedio al día arriban cuatro embarcaciones. Esto debido a que los buques más grandes llegan a Buenaventura desde Asia después de 30 o 40 días navegando y los portacontenedores pasan unos 20 días en el mar antes de embarcar. El efecto se sentirá con retraso. Se prevé que en los próximos días empiece a ser visible la falta de buques, “se irán distanciando los arribos”, comentó.
Incalculables pérdidas
La Federación Colombiana de Agentes Logísticos en Comercio Internacional (Fitac) da cuenta de pérdidas por $40.000 millones sólo por las 90.000 toneladas de carga represada. Los daños totales aún no se han calculado. El gremio hizo un llamado de emergencia al Gobierno Nacional por “la afectación sin precedentes que han experimentado la logística y el comercio exterior” y se mostró preocupado por la grave situación. “El sector hoy está seriamente afectado por las condiciones de seguridad, movilidad y vandalismo en varias regiones del país, particularmente el suroccidente del país, en donde se ubica el principal puerto de Colombia, Buenaventura, hoy azotado por la delincuencia.”, dijo Miguel Ángel Espinosa, presidente de Fitac.
“Son costos incalculables para la logística por los actos de vandalismo y terrorismo. Nuestra obligación como gremio es dar a conocer que esta situación ya no da espera. Un día más de bloqueos en los terminales portuarios de Buenaventura significaría decenas de billones en pérdidas en mercancía, inversión y empleos directos e indirectos, situación que dejaría sin margen de maniobra y con un altísimo riesgo de continuidad en los negocios a nuestras empresas agremiadas”, advirtió.
El más reciente reporte de la Sociedad Portuaria de Buenaventura, con corte al viernes 21 de mayo, da cuenta de que desde el 28 de abril, cuando se dio inicio al paro nacional, “se ha evidenciado un represamiento importante de carga”. El terminal dijo que continúa realizando importantes esfuerzos para recibir la carga de importación que llega a diario, pero pidió que avancen rápidamente los diálogos para encontrar una solución a la crisis.
Solo en materia de exportación han dejado de salir por este terminal más de 16.900 toneladas de café, 20.400 toneladas de azúcar, 1.880 toneladas de granel sólido, 2.250 toneladas de carga general y 48.460 toneladas de carga en contenedores. En importaciones, las cifras se aproximan a 188.300 toneladas de granel sólido, 99.000 toneladas de carga general y 169.200 toneladas de carga en contenedores, para un total de 456.500 toneladas de carga sin poder llegar a su destino.
Pero los daños van más allá. La economía de Buenaventura se mueve principalmente por el puerto, servicios como hoteles, restaurantes, mecánica automotriz o venta de autopartes dependen en su mayoría del comercio exterior, sin mencionar la generación de empleo en todos los niveles, pues se calcula que alrededor de los puertos se ocupan unas 20.000 personas cada día. También está la amenaza de que esta situación termine por extenderse a las otras terminales, después de años de esfuerzos e inversiones de las empresas por mejorar la competitividad de sus negocios.