Un estudio elaborado por científicos de la Unión de Geofísica Americana y la Sociedad Oceanográfica, entre otros, ha llegado a la conclusión de que el vertido de petróleo del Golfo de México, ocurrido en 2010 y bajo la responsabilidad de BP, no solo causó una degradación gravísima de los ecosistemas, sino que además aceleró la corrosión de multitud de naufragios en la región. En total, los investigadores han calculado que podría haber 2.000 pecios afectados, de acuerdo con el portal finanzas.com
Es así cómo, después de cuatro años de la catástrofe ambiental, los cuatro millones de barriles de petróleo vertidos en el accidente seguían influyendo en los ecosistemas marinos.
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Vídeo tomado del canal de Youtube.
El estudio reveló que el dispersante usado para limpiar el vertido de petróleo alteró las comunidades microbianas, lo que también afectó a otras formas de vida que medran en esos lugares, como son los corales, los cangrejos y los peces. Además, la exposición al crudo aumentó la velocidad de degradación de los cascos metálicos de los barcos.
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