El nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) analiza la evolución del empleo juvenil en América Latina y el Caribe, y destaca las brechas estructurales, el impacto de la pandemia y las expectativas de los jóvenes en relación con el mundo laboral.
El estudio «Juventud en cambio: desafíos y oportunidades en el mercado laboral de América Latina y el Caribe» ha revelado que las personas jóvenes en la región enfrentan tasas de desocupación, concepto que se refiere a las personas que no encuentran trabajo a pesar de querer trabajar, tres veces superiores a las de los adultos. Además, una informalidad que afecta al 60% de los jóvenes que trabajan, limitando así su acceso a empleos de calidad. “Las brechas de acceso al empleo juvenil tienen un impacto directo en el desarrollo de la región”, declaró Ana Virginia Moreira Gomes, directora regional de la OIT.
Desigualdades postpandemia
Aunque la pandemia redujo la proporción de jóvenes que únicamente estudiaban, en la fase postpandemia los niveles de escolaridad han aumentado y se observa una mayor proporción de jóvenes que estudian o que combinan estudios y trabajo.
Pero, a pesar de la recuperación progresiva del empleo tras la crisis causada por la pandemia del COVID-19, aún persisten desigualdades significativas, las cuales afectan a la población joven.
Las más afectadas por estas desigualdades son las mujeres, quienes se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Tras la pandemia, cinco de cada siete jóvenes que no estudian ni trabajan de forma remunerada son mujeres, cuyas responsabilidades de trabajo doméstico y otras formas de cuidados no remunerados obstaculizan su inserción laboral con trabajo decente.
El informe también señala la creciente brecha entre las competencias adquiridas en el sistema edu…
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