Según el análisis, para los Grandes Transportadores de Crudo (VLCC, por sus siglas en inglés) que viajan desde Ras Tanura hasta Róterdam, se proyecta que los costos del ETS de la UE serán aproximadamente de $200,000 por viaje en el próximo año. Esta cantidad representa el 4% del costo actual del flete, con proyecciones que indican un aumento a $0.5 millones, o el 10%, para el 2026 cuando la regulación esté completamente implementada al 100%.
A pesar de la importancia ambiental y regulatoria de estas medidas, no todos en la industria las respaldan. George Procopiou, uno de los destacados armadores de barcos de Grecia, expresó fuertes críticas durante un evento en Chipre en octubre pasado. Al referirse a las regulaciones como «tonterías» y «un completo desperdicio de esfuerzo», Procopiou argumentó que los esfuerzos deberían centrarse en mejoras prácticas.
«Siempre vamos al astillero e intentamos mejorar, a través de la lubricación del aire y nuevos motores, por ejemplo. Aunque nuestros barcos tienen 11 años, pedimos una gran cantidad de activos porque los nuevos modelos son un 35% o un 40% mejores en consumo. Estos son los pequeños pasos. El resto es simplemente tontería», declaró Procopiou.
Mientras la industria lidia con las implicaciones económicas y las perspectivas diversas sobre las nuevas regulaciones, es evidente que la implementación del ETS de la UE en el sector naviero representa un paso crucial hacia la reducción de las emisiones de carbono y la promoción de la sostenibilidad en el transporte marítimo.