Esta semana, el Centro de Descarbonización de Lloyd’s Register, A.P. Moller-Maersk, MAN Energy Solutions, Mitsubishi Heavy Industries, NYK Line, Total y el Centro Mærsk Mc-Kinney Møller para el Transporte Marítimo de Carbono Cero están uniendo fuerzas en un nuevo proyecto con el propósito de guiar el uso seguro del amoníaco como combustible para el transporte marítimo.
El amoníaco como combustible es objeto de un intenso debate como solución adecuada a largo plazo para el transporte marítimo, a medida que la industria se orienta hacia una cadena de valor con cero o bajas emisiones de carbono.
El amoníaco verde puede producirse a partir de energía renovable mediante la electrólisis del H2O, lo que lo convierte en un combustible con cero emisiones de carbono. Sin embargo, debido a la extrema toxicidad del combustible, es fundamental abordar los problemas de seguridad del amoníaco para mitigar los riesgos tanto para las personas como para los bienes y el medio ambiente.
Para acelerar la introducción segura del amoníaco en el sector marítimo, los socios de la nueva empresa están de acuerdo en que es fundamental crear claridad, evaluar los retos de seguridad y la necesidad de normas globales.
Parte de esto incluirá el desarrollo de una comprensión madura y detallada de los riesgos y preocupaciones de seguridad, que se evaluarán a través de una metodología de evaluación de riesgos cuantitativa en la primera fase del proyecto. Esto conducirá en última instancia al desarrollo de las mejores prácticas para las salvaguardias en el diseño y los arreglos cuando se utiliza el amoníaco como combustible para el transporte marítimo.
El proyecto también determinará el riesgo de muerte por emisiones involuntarias de amoníaco, así como la contribución al riesgo de los equipos y espacios clave dedicados al almacenamiento de amoníaco. Para ilustrar el potencial de las medidas de mitigación de riesgos, los socios del proyecto evaluarán diseños alternativos de buques, optimizados para ser alimentados con amoníaco.
El proyecto, financiado por los socios participantes, será gestionado por el Mærsk Mc-Kinney Møller Center for Zero Carbon Shipping y se espera que se desarrolle a lo largo de 2021.
«En el afán por descarbonizar el sector del transporte marítimo, la gestión adecuada de los riesgos es fundamental y la seguridad no debe convertirse en algo secundario», dijo Claus Winter Graugaard, jefe de soluciones a bordo de los buques en el Centro Maersk Mc-Kinney Moller para el Transporte Marítimo de Carbono Cero.
«El funcionamiento seguro del amoníaco como combustible es el requisito más importante para diseñar y desplegar con éxito buques propulsados por amoníaco. En Maersk vemos el amoníaco verde como uno de los combustibles del futuro.
No emite CO2 durante la combustión y ofrece un potencial de escalabilidad muy prometedor. Además de los desafíos técnicos, el reto de la seguridad del amoníaco es uno de los principales obstáculos que hay que resolver para que el amoníaco se convierta en un combustible viable para los buques, por lo que estamos muy contentos de asociarnos con los principales actores del ecosistema para resolver el reto de la seguridad del amoníaco», dijo Ole Graa Jakobsen, jefe de tecnología de flotas de A. P. Moller – Maersk.
El amoníaco es lo que hace el fertilizante, un material de olor desagradable y potencialmente explosivo.
Muchos tripulantes con experiencia en el manejo de amoníaco -una sustancia tóxica y nauseabunda- están naturalmente horrorizados ante la idea de que un día miles de barcos puedan funcionar con él.
Uno de los peligros mas potenciales de usar amoníaco, es que con una pequeña fuga ocasiona daños mortales.
A principios de este mes, un miembro de la tripulación murió y otros tres enfermaron gravemente tras inhalar gas amoníaco en el buque cisterna de GLP Hamburg DW, frente a Malasia